Durante décadas, el universo de las marcas, a través de a sus publicidades, comunicaciones, acciones, políticas internas, P/S, entre otras manifestaciones, ha sido funcional a sostener un sistema cultural basado en desigualdades de género y también de otro tipo.
A veces reforzando los estereotipos que existen en la cultura, otras veces creando nuevos comportamientos estereotipados y estereotipantes, y otras, incluso, obstaculizando de forma directa o indirecta, algunos de los cambios que una parte de la sociedad (en general, la parte afectada por las desigualdades) está reclamando.